En su Centro Histórico encontrarás una de las joyas más brillantes del arte mexicano, imposible quedar indiferente ante los maravillosos retablos dorados que recubren el templo de San Agustín.
Sus imperdibles son el Templo del señor del Hospital, el Templo de San Agustín, el Templo de las Tres Caídas , el Museo Hidalgo y los talleres de cera escamada, una artesanía digna de aparadores. La nieve de pasta es toda una tradición que puedes disfrutar al terminar tu recorrido por la ciudad.