En el corazón del centro histórico de Guanajuato existe un lugar diminuto en tamaño, pero enorme en simbolismo: el Callejón del Beso.

Este estrecho pasaje se ha convertido en uno de los íconos turísticos más visitados de la ciudad, no solo por su peculiar arquitectura, sino por la leyenda que lo envuelve y la tradición romántica que, año con año, atrae a parejas de todas partes del mundo.

Caminar por el Callejón del Beso no es simplemente atravesar un espacio físico: es participar en un ritual colectivo que mezcla historia, mito, amor y superstición. Aquí, cada beso tiene un significado y cada escalón cuenta una historia.

Un callejón donde los balcones casi se tocan

El Callejón del Beso es famoso por su extrema estrechez. Tan angosto es que, en uno de sus puntos, los balcones de dos antiguas casas coloniales se encuentran separados por apenas unos centímetros. Esta cercanía es parte esencial de la leyenda y del encanto visual del lugar.

Las fachadas conservan el carácter tradicional de Guanajuato: muros de colores, balcones de hierro forjado y detalles arquitectónicos que transportan al visitante a otra época. A pesar de su tamaño reducido, el callejón siempre está lleno de vida, voces, risas, cámaras fotográficas y parejas esperando su turno para cumplir con la tradición.

La leyenda de Carmen y Don Luis

La fama del Callejón del Beso nace de una historia trágica de amor. Según la leyenda, Carmen era una joven de familia estricta que se enamoró de Don Luis, un hombre humilde al que su padre jamás aceptaría. Para poder verse en secreto, Don Luis rentó una habitación frente a la casa de Carmen, desde cuyo balcón podían tocarse las manos y darse besos furtivos.

El romance terminó de forma fatal cuando el padre de Carmen los descubrió y, cegado por la ira, asesinó a su hija. La historia cuenta que Don Luis, al encontrarla sin vida, se quitó la vida en el mismo lugar. Desde entonces, el callejón quedó marcado como símbolo del amor prohibido y del destino trágico.

El tercer escalón rojo y la tradición del beso

El punto más famoso del callejón es el tercer escalón, pintado de rojo como representación simbólica de la sangre derramada en la leyenda. Aquí nace una de las tradiciones más conocidas de Guanajuato: las parejas deben besarse en este escalón para asegurar buena suerte en el amor.

Algunas versiones dicen que el beso otorga siete años de felicidad; otras, quince. Lo que sí coincide en todas es la advertencia: no hacerlo podría traer años de mala suerte sentimental. Creas o no en la superstición, participar en el ritual es parte esencial de la experiencia.

¿Qué hacer en el Callejón del Beso?

Escuchar la leyenda

A lo largo del día encontrarás narradores locales que, a cambio de una cooperación voluntaria, relatan la historia con gran dramatismo y picardía. Escuchar la leyenda contada por ellos le da un toque auténtico y tradicional a la visita.

Besarte en el tercer escalón

Si visitas el callejón en pareja, este es el momento esperado. Aunque suele haber fila, la experiencia vale la pena. Es rápido, simbólico y, para muchos, inolvidable.

Tomarte fotografías

El Callejón del Beso es uno de los spots más fotografiados de Guanajuato. Desde selfies hasta sesiones más elaboradas, el escalón rojo y los balcones son el fondo perfecto para una postal romántica.

Subir a los balcones

Por una tarifa accesible, puedes entrar a una de las casas y subir a los famosos balcones. Desde ahí se obtiene una vista privilegiada del callejón y una foto que recrea la escena de la leyenda. Eso sí, prepárate para hacer fila, especialmente en temporada alta.

Integrarlo a un recorrido guiado

Muchos tours y callejoneadas incluyen el Callejón del Beso como parada obligatoria. Estas caminatas nocturnas, acompañadas de música y relatos, ofrecen una perspectiva distinta y muy entretenida del lugar.

Admirar los detalles

Candados de amor, placas conmemorativas y el constante ir y venir de visitantes forman parte del ambiente. Detenerse unos minutos a observar es también una forma de disfrutarlo.

Consejos para disfrutar mejor tu visita

  • Llega temprano, especialmente si quieres fotos con menos gente.
  • Lleva efectivo en pesos mexicanos para cooperaciones, souvenirs o el acceso a los balcones.
  • Sé paciente: es un lugar pequeño y muy concurrido.
  • Respeta el espacio: no tires basura ni rayes las paredes; recuerda que se trata de propiedades privadas y patrimonio histórico.

Un símbolo del romanticismo guanajuatense

El Callejón del Beso resume como pocos lugares el espíritu de Guanajuato: historias intensas, calles llenas de vida y una mezcla perfecta entre realidad y leyenda. Más allá de la foto o la tradición, visitarlo es entender por qué esta ciudad enamora a quien la camina.

Si estás en Guanajuato, este pequeño callejón es una parada obligatoria… especialmente si crees que un beso puede cambiar la suerte. 💕

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